En el marco del Seminario Internacional convocado por el PSOL (Brasil) en el cual distintas organizaciones latinoamericanas debatimos la situación de Latinoamérica y del mundo en el marco de la crisis capitalista, tuvimos oportunidad de charlar con Gilberto Ríos, miembro de la Comision Internacional del Frente Nacional de la Resistencia hondureña. Allí nos contaba la situación actual de la resistencia en Honduras y las perspectivas abiertas en la lucha contra el golpe de Estado.
AS: ¿El golpe logró frenar la movilización o la incentivó?
GR: Antes del golpe el movimiento popular en Honduras era el más desarrollado de la región. En Centroamérica no hay nada parecido a la Coordinadora Nacional de Resistencia que es la instancia en la que se involucran todos los movimientos populares: indígenas, trabajadores, campesinos, feministas, etc. Todos ellos estaban en la coordinadora antes del golpe. Pero después del golpe se involucran también importantes sectores del Partido Liberal, de donde viene el presidente Zelaya, también sectores honestos de la población que están en contra del golpe de Estado, y sectores democráticos, progresistas, etc. De tal manera que se reanudó bastante más la lucha. Hay un avivamiento, pero hay que tener en cuenta que quienes han sostenido la lucha haciendo hasta tres paros cívicos nacionales al año es la Coordinadora Nacional de Resistencia que es donde están mayoritariamente los trabajadores y las minorías, digamos, excluidas por el sistema capitalista.
GR: Antes del golpe el movimiento popular en Honduras era el más desarrollado de la región. En Centroamérica no hay nada parecido a la Coordinadora Nacional de Resistencia que es la instancia en la que se involucran todos los movimientos populares: indígenas, trabajadores, campesinos, feministas, etc. Todos ellos estaban en la coordinadora antes del golpe. Pero después del golpe se involucran también importantes sectores del Partido Liberal, de donde viene el presidente Zelaya, también sectores honestos de la población que están en contra del golpe de Estado, y sectores democráticos, progresistas, etc. De tal manera que se reanudó bastante más la lucha. Hay un avivamiento, pero hay que tener en cuenta que quienes han sostenido la lucha haciendo hasta tres paros cívicos nacionales al año es la Coordinadora Nacional de Resistencia que es donde están mayoritariamente los trabajadores y las minorías, digamos, excluidas por el sistema capitalista.
AS: ¿Qué organizaciones sociales y políticas intervienen en la Resistencia?
GR: El de Honduras es un caso curioso en términos de las organizaciones políticas, porque los partidos de izquierda reconocidos desde la unificación democrática, y las otras expresiones de izquierda, no controlan ninguna parte del movimiento popular. Es al revés: nosotros somos parte del movimiento popular. Es un país donde en el movimiento social confluyen todas las expresiones políticas, aún antes del golpe. Entonces, digamos, si hablamos de los sindicatos, el 95% del sindicalismo hondureño es del Estado, son sindicatos del Estado. Y apenas el 5% de los organizados representan sindicatos de la empresa privada, que son los sindicatos más combativos porque tienen el conflicto de clase más directo con el capital. Es el caso del STIBYS (Sindicato de trabajadores de la industria de la bebida y similares), que es el que más coordina políticamente la situación ahora. De hecho el STIBIS mismo acaba de lanzar un candidato a presidente independiente, que es Carlos Reyes, uno de los principales dirigentes de la lucha. Es un dirigente popular desde hace más de 30 años, con origen en el Partido Comunista, que es reconocido por amplios sectores de la población y además está arrastrando mucho el voto. Según las últimas encuestas tiene casi el 40% de aceptación para lo que podrían ser las próximas elecciones. De tal manera que la estrategia ahora es del movimiento popular, y no de un partido político.
AS:¿Cómo van a combinar la lucha contra el golpe y la participación en el próximo proceso electoral?
GR: No hay posibilidades actuales de hacer dos estrategias con respecto a lo del golpe. Carlos Reyes ha manifestado públicamente que si el presidente no ha regresado al país entonces nos retiraríamos y no avalaríamos el proceso electoral de la derecha.
AS: ¿Qué opina la resistencia del plan Arias?
GR: Lo consideramos parte de la estrategia de la CIA para aminorar un poco la fuerza de la resistencia y la presión del presidente para volver al poder. Sin embargo el presidente aceptó… de hecho en páginas tan importantes como Rebelión, el artículo destacado de esos días definía que Zelaya había capitulado. La Resistencia manifestó públicamente que no aceptaba la negociación, el presidente dijo que sí, pero más bien lo que estaba en la estrategia del presidente era volver al país, y una vez retomado el poder continuar con todo la batalla por la Constituyente. Y ahora con más argumentos porque el hilo constitucional se rompió. Lo que hubo fue un golpe de Estado y eso es una cosa que se puede demostrar.
AS: ¿La Constituyente sigue siendo un reclamo?
GR: Todos los planteamientos de la Resistencia comienzan con lo siguiente: nada se va a hacer en el país si no se hace, después de unas elecciones o después de la vuelta a la democracia, una convocatoria a la Constituyente. La Constituyente sigue siendo el primer punto del movimiento de Resistencia en el país. Y ahora no solo hay comprensión sino que hay promoción desde los movimientos populares de que la Constituyente es la salida más política a lo que está pasando en el país.
AS: ¿Cuál es la posición que tienen frente a Obama?
GR: Bueno, el movimiento popular en sí mismo siempre ha sido bastante antiimperialista. Nosotros no creemos que el cambio de gobierno norteamericano signifique un cambio de la política internacional. Para nosotros sigue siendo la misma política. Muy probablemente en el caso de Obama, la estrategia sea la guerra sucia, como se está dando en Honduras y no tanto la de invasión directa, como era la de Bush, que en definitiva lo que hizo fue activar mayores sectores del mundo contra el imperialismo. Lo que hacen los gringos, por un lado a nivel publicitario es promover la democracia, y por el otro es promover la guerra y la desestabilización, esa claridad no la tiene solamente la conducción de la Resistencia, sino la tiene el pueblo en la calle.
AS: ¿Cómo evalúas los resultados de este seminario?
GR: Para nosotros como Resistencia es muy importante saber que los pueblos del mundo se solidarizan con el pueblo hondureño. Eso moraliza mucho la batalla. Ahora uno puede ver en las marchas de la Resistencia la gente marchando con banderas de todos los países del mundo, que se han opuesto públicamente al golpe. Y eso hace ver que la lucha tiene in carácter de humanidad, un carácter de racionalidad por encima de lo que los golpistas pregonan que es un carácter de legalidad, digamos, o de antichavismo, que es lo que más han pregonado. Entonces estos eventos internacionales, estos encuentros para nosotros tienen un valor sobretodo moral, que es una cosa muy importante para la Resistencia: mantener la moral en alto.
AS: ¿Cuál fue la resolución más importante que se acordó?
GR: La realización de un foro internacional en Tegucigalpa, para el mes de octubre, con la presencia de los movimientos populares del mundo. Es importante para la gente y para la Resistencia en la calle ver que sectores populares del mundo entero pueden hacer presión en el mismo Tegucigalpa, en el mismo Honduras contra el golpe de estado. Y para eso se gestiona lo que vendría a ser un foro en los meses de octubre, en los que participen sindicatos y movimientos populares y políticos de toda América Latina, EEUU y Europa, desde sectores progresistas, democráticos y también revolucionarios, todos unidos en contra del golpe de estado.
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