miércoles, 25 de febrero de 2009

Francia: Nació el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA)

“Esto es sólo el comienzo, sigamos la lucha”… Entre consignas, viejas canciones revolucionarias y La Internacional, se cerró el congreso fundacional del NPA. Se realizó del 6 al 8 de febrero, en un suburbio al norte de París. El día previo se había disuelto la Liga Comunista Revolucionaria, partido promotor del NPA. Si la LCR había surgido al calor del Mayo del ’68, cuarenta años después el NPA nace en el marco de la gran huelga que el 29 de enero sacudió toda Francia.Representando a la dirección del MST, con Vilma Ripoll y Alejandro Bodart participamos del congreso del NPA como invitados. Junto a los compañeros Stalin Pérez Borges (Venezuela), Luciana Genro (Brasil) y Tito Prado (Perú), integramos la delegación de Revista de América. Aquí reseñamos ese importante evento y sus debates centrales.
Primer Congreso del Nuevo Partido Anticapitalista
El 5 de febrero se hizo el 18º y último congreso de la LCR. En contraste con las dos veces en que la “disolvió” el gobierno -en 1969 y 1973-, ahora la propia Liga decidió disolverse para integrarse de lleno al NPA. En junio de 2007, su dirección nacional había lanzado el llamado a formar un nuevo partido anticapitalista amplio. Su congreso de enero de 2008 ratificó ese rumbo. Tras este año y medio de construcción, con más de 9.000 militantes declarados, el NPA ya es una realidad política nueva, distinta y superior a la LCR.El último congreso de la Liga se centró en la orientación del NPA, incluidas las elecciones europeas, y en la relación con el Secretariado Unificado de la IVª Internacional1?, cuya sección francesa era la LCR. El informante por la mayoría fue Alain Krivine, uno de sus líderes históricos. Una minoría, dirigida por Christian Picquet, planteó posturas conservadoras en ambos puntos.En los últimos años, a tono con la radicalización que vive Francia, la dirección mayoritaria de la LCR fue cambiando sus antiguas posiciones -de hecho funcionales a la “izquierda” institucional- y giró a la izquierda. Por eso no sólo enfrenta a los gobiernos de derecha como Sarkozy sino también a los del PS2?. Y por eso lanzó la iniciativa del NPA. En cambio Picquet conserva aquella vieja línea, contraria al proyecto NPA. Para las elecciones, plantea converger incondicionalmente con el PC y el PdG3?… o sea con la “izquierda” institucional fuera del PS.
La pertenencia internacional tampoco es tema menor. Se disuelve la Liga, que además reconoce ser más del 70% de la fuerza total del SU-IVª. Y a la vez, el NPA no tiene afiliación internacional. El sector de Picquet planteó que la LCR siga organizada como corriente separada dentro del NPA, pero por amplia mayoría se votó disolverla. En el NPA, los ex militantes de la Liga serán miembros individuales del SU-IVª. Se podrán reunir previamente a su próximo congreso mundial, que será en 2010, en reuniones abiertas a todo militante del NPA. Para el nuevo partido, entonces, queda planteada la necesidad de un nuevo marco de pertenencia internacional.De 148 delegados presentes, 129 votaron por la resolución mayoritaria, 17 en contra y 2 se abstuvieron. Si bien la dirección y los cuadros de la LCR conforman el andamiaje central del NPA, haber disuelto el partido que vinieron construyendo durante 40 años fue una decisión no exenta de coraje político.Es que nacía lo nuevo…Con la presencia de más de 600 delegados llegados desde toda Francia, más un centenar de miembros de la conducción provisoria y otro tanto de invitados internacionales, el día 6 arrancó el congreso del NPA. Allí nos reencontramos con viejos compañeros de nuestra corriente e hicimos nuevos amigos.
Además de los miembros de la ex LCR, al Nuevo Partido Anticapitalista se sumaron cientos de activistas independientes sin militancia partidaria previa, ex militantes del PC y el PS, sectores ecologistas, anarquistas, antiglobalización y algunos grupos de la izquierda trotskista. Lo mismo han hecho nuestros compañeros de La Commune, algunos de los cuales fueron delegados al congreso.La apertura de este primer congreso del NPA estuvo a cargo de su figura pública, Olivier Besancenot. El evento tuvo una notoria repercusión en todos los medios franceses y también en el exterior, en otra muestra de las expectativas que despertó el surgimiento del nuevo partido.Los textos en debate fueron cuatro: Principios fundacionales, Resolución política, Estatutos provisorios y Resolución sobre las elecciones europeas. Se funcionó en cuatro comisiones, y otras dos abordaron el nombre del partido y la propuesta de dirección. Luego se volvía a las sesiones plenarias, con informes a favor y en contra, y votación. En el afán participativo del nuevo partido, desde los comités surgieron cientos de enmiendas. Su tratamiento fue por momentos tedioso. La (mala) nota de color la dio un grupito sectario, con largos contra-textos y enmiendas en cada punto, que logró hartar a todos.
Un párrafo aparte merece el componente internacionalista del evento del NPA. Al congreso asistimos delegaciones de unos 60 partidos y organizaciones de más de 40 países. Durante el mismo se realizaron importantes reuniones, en las que nuestra delegación intervino activamente. Pudimos intercambiar experiencias, verificar coincidencias y dar pasos en una perspectiva de coordinación internacional de los revolucionarios. En este sentido, hay que resaltar que los Principios fundacionales del flamante partido francés culminan diciendo: “El NPA encarará el diálogo y colaboraciones políticas otras fuerzas anticapitalistas y revolucionarias en el mundo en la perspectiva de la constitución de una nueva internacional.”
Los debates y resoluciones
En cuanto a los Principios, por ejemplo, un sector ambientalista a ultranza propuso cambiar el título socialismo por eco-socialismo, lo que era errado. El congreso lo rechazó y aprobó socialismo. Pero como un tercio votó eco-socialismo, la dirección planteó como consenso la variante socialismo del siglo XXI, adoptada por poco margen. Hubo otras posturas de carácter reformista, pero esas enmiendas no pasaron. Con algunas limitaciones, el texto aprobado es en general correcto. Por ejemplo, señala: “Una dominación de clase no se puede eliminar mediante reformas. Las luchas pueden limitarla y arrancar medidas progresistas para las clases populares, pero no suprimirla... Hará falta una revolución social para derrotar al capitalismo”. Y reivindica expresamente la autodefensa de los trabajadores.
En el punto Estatutos, hubo polémica entre la necesaria centralización del partido y sectores horizontalistas que equivocadamente sostienen sólo una coordinación laxa de comités. Esto último se rechazó, pero primó una postura de consenso: centralización ponderada, o sea compensada con instancias transversales. Sobre la juventud, si bien con grados de autonomía, se aprobó no constituir una organización independiente sino que son parte del NPA. La Resolución política, votada también con enmiendas, incluye entre sus ejes “que la crisis la paguen sus responsables, los capitalistas”, un plan de emergencia, el impulso a la lucha contra el gobierno y la derecha, la denuncia del PS, campañas como la de Palestina y la construcción del NPA. La cuestión electoral, pese a ser táctica, fue polémica. Aunque la postura de Picquet tuvo un 17%, el 76% de los delegados reafirmó proponer “una unidad duradera, en base a un contenido anticapitalista, en el terreno de las luchas y en el electoral, que al menos se extienda hasta las elecciones regionales y con total independencia del PS”. Es decir, unidad con condiciones. Es que después de las elecciones europeas de junio vienen las regionales, y ahí, como no hay proporcionalidad, el PC y el PdG irán con el PS.
Asimismo, se aprobó un llamado a dar continuidad a la huelga del 29, a coordinar las luchas y, en el camino de Guadalupe y Martinica, a impulsar la huelga general.El nombre definitivo también abrió debate. Expresando una fuerte convicción anti-reformista, la propuesta Partido Anticapi-talista Revolucionario (PAR) logró 264 votos. Igual, con 316 votos ganó mantener NPA, con el criterio de que permite agrupar con mayor amplitud.El último punto fue la elección de la dirección: un comité político nacional de 189 miembros, que además de los responsables de las tareas centrales incluye una alta representación geográfica. De ese comité, casi paritario entre hombres y mujeres, y cuyo 45% proviene de la ex LCR, se elegirá un comité ejecutivo de unos 20 o 30 integrantes para ejercer la conducción cotidiana del partido.
Así, después de tres días intensos, el NPA francés se echó a andar con fuerza. Y lo hace en medio de un marcado ascenso social y político. Surgirán problemas y desafíos, pero este congreso mostró la potencialidad de una política de izquierda amplia y audaz, orientada hacia el movimiento de masas. Su desarrollo, clave para la pelea por el socialismo en Francia, será además un aporte a la acción de los revolucionarios en todo el mundo.
Algunos datos del NPA
El congreso computó 9123 militantes adheridos, con sus cotizaciones pagas. El 35% son mujeres. De los trabajadores, el 54% es estatal y el 46% del sector privado. Los militantes integran 476 comités, organizados territorialmente en todo el país. Las reuniones son semanales, quincenales o mensuales, a decisión de cada comité. Al congreso asistieron 630 delegados, a paridad hombres y mujeres, elegidos en proporción de uno por cada 10 militantes presentes en las asambleas.

1 Corriente internacional del trotskismo liderada por Ernest Mandel, dirigente belga ya fallecido.
2 Partido Socialista, defensor del sistema capitalista y que se alterna en el gobierno con la derecha. Su desprestigio crece.
3 Partido de Izquierda: reciente ruptura del PS, encabezada por el senador socialista Jean-Luc Mélenchon.
4 El CRI, “comunista, revolucionario, internacionalista”.

Situación mundial: Una oportunidad histórica

La Declaración de Belém
La crisis económica sin precedentes que estamos presenciando, ha sacudido los cimientos del sistema capitalista y esta provocando cambios de carácter históricos. Se comienza ha desarrollar nuevamente, después de muchas décadas, una oportunidad inmensa para los socialistas revolucionarios. Colocándose como tarea presente la disputa por ganar influencia de masas en aquellos países donde la radicalización de la lucha de clases se combina con un profundo giro a izquierda. Revitalizándose, al mismo tiempo, el internacionalismo y los caminos que pueden conducir en un periodo relativamente breve, a una nueva organización internacional, enraizada fuertemente en distintos países y continentes.
Recientemente nos tocó participar de dos eventos de importancia internacional: el Foro Social Mundial, realizado en la ciudad brasilera de Belém los últimos días de enero y del Congreso fundacional del NPA francés, la primer semana de febrero, en Paris. Aunque de características distintas y alejadas por miles de kilómetros, sólo se puede entender lo que sucedió en ambas reuniones, a partir de una comprensión de la magnitud de los cambios que se han comenzado a producir en el mundo.
Este FSM, a diferencia de los últimos, tomo un nuevo ímpetu. Muy a pesar de la política y orientación de los organizadores, más de 100.000 participantes coparon el corazón de la amazonía, trasladándose miles y miles de kilómetros para poder debatir y organizarse. Los guiaba la necesidad imperiosa de encontrar respuestas a la hecatombe capitalista que se ha desatado a nivel mundial. Destacándose la radicalización política de gran parte de los talleres y eventos que se realizaron y la declaración política final de los movimientos sociales. En ellos, a diferencia de foros anteriores, el centro no fue la denuncia acotada al neoliberalismo, sin cuestionar en lo más mínimo al sistema, sino que, por primera vez, se comenzó a plantear la necesidad de tomar medidas transicionales y se ubico claramente al capitalismo en su conjunto como el causante del hambre, la miseria y el desastre ecológico que sufre la humanidad y nuestro planeta. Levantándose, aunque todavía sea de manera difusa, la necesidad de una perspectiva socialista. Reflejando el comienzo del fin de un periodo donde el reformismo logro fortalecerse y confundir a millones de luchadores a nivel mundial.
Como parte de estos cambios no es casual que, en Belém, la reunión de partidos anticapitalistas y socialistas que realizamos, y de la cual participaron organizaciones de 20 países, se haya definido por comenzar a trabajar “en la perspectiva de una nueva internacional”. Son los nuevos aires que recorren el mundo.
Las implicancias del éxito del NPA
Nuestro partido y el espacio internacional del cual formamos parte, venimos sosteniendo, desde hace tiempo, que esta planteado que los revolucionarios dejemos atrás la marginalidad y avancemos en la conformación de alternativas de masas, aprovechando las oportunidades. Siempre que seamos capaces de superar el sectarismo y el dogmatismo que ha caracterizado a gran parte de la izquierda radical desde hace décadas. Ha sido este convencimiento el que llevo a nuestros compañeros brasileros a impulsar la creación del PSOL, un partido amplio, con claras definiciones programáticas socialistas y anticapitalistas, que rápidamente se transformo en parte de la realidad del principal país de nuestro continente, agrupando a miles de luchadores y logrando una influencia muy importante a nivel electoral. Demostrando, a partir de la realidad, cual es el camino para avanzar en esta nueva etapa que nos toca vivir. Y es la razón de que en nuestro país impulsemos la creación de una Nueva Izquierda y políticas similares en los distintos países donde actuamos.
El surgimiento del NPA y su espectacular crecimiento, es otra confirmación de que actuamos en un sentido correcto. También, de la dimensión de los cambios que se están operando. En Francia, una de las principales potencias imperialistas del planeta, la combinación de una situación objetiva muy favorable con una política y orientación correcta y amplia de un sector del trotskismo, ha permitido conformar una nueva organización que, al poco tiempo de nacer, ya tiene elementos de influencia en franjas de masas y una figura pública con la cual simpatizan millones de trabajadores y sectores populares. Pasando de 3.000 a 9.000 miembros organizados en pocos meses y con perspectivas de seguir creciendo mucho más.A diferencia del PSOL, donde tienen un peso fundamental distintas tendencias, el NPA se ha conformado a partir de una corriente principal, la LCR, y pequeños grupos y sectores independientes. Demostrando que no existe ninguna receta prefijada de antemano y, al mismo tiempo, que es posible avanzar si se es audaz y se aprovechan las enormes posibilidades que se han comenzado a desarrollar.
El reagrupamiento de los revolucionarios
La debacle del capitalismo no solo pone a la orden del día la necesidad de avanzar en el reagrupamiento de los revolucionarios, los socialistas y anticapitalistas a nivel nacional, sino que hace más apremiante avanzar en el plano internacional. La creación del NPA, como en su momento sucedió con el PSOL, le ha dado también un nuevo impulso a este proceso, impactando a nuevas y distintas organizaciones. Un Nuevo Partido, como el que se acaba de fundar en Francia, plantea objetivamente la necesidad de una Nueva Internacional de similares características. Al mismo tiempo que obliga a todos sus componentes a comenzar a trabajar con aquellos sectores que a nivel internacional, independientemente de las lógicas diferencias que puedan subsistir, tienen una política y orientación similar. Esto es lo que explica el éxito y los compromisos asumidos en la reunión de Belém y las definiciones apoyando este camino asumidas por el Congreso del NPA y las distintas reuniones internacionales que tuvieron lugar en dicho evento. Por nuestra parte y el espacio internacional que representa Revista de América, desde hace ya un largo tiempo, estamos comprometidos en tratar de que se avance en este sentido. Los últimos acontecimientos nos dan más fuerza para seguir trabajando en esta perspectiva.

Venezuela:Un triunfo histórico y el comienzo del tercer período de la revolución



Stalin Pérez Borges, Gonzalo Gómez y Carlos Miranda. Consejo de Redacción de Marea Socialista, especial para Alternativa Socialista.

El 15 de febrero se produjo un triunfo histórico en la Revolución Bolivariana. Por un margen de un millón doscientos mil votos, casi un 10 % de diferencia, triunfó la opción que le permite al presidente Chávez volver a presentarse a la presidencia en el 2012. La participación popular en el último tramo de la batalla electoral, fue decisiva en este triunfo. La participación de las misiones y de los movimientos y frentes sociales, como el de los trabajadores, la formación de Comités por el SI en empresas y sindicatos y entre los jóvenes, y la certeza de que se jugaba el destino político de Chávez, provocaron este nivel de actividad del movimiento de masas. La abstención cayó al 29%, logrando una de las más altas participaciones históricas de la población en un proceso electoral.
La campaña de Chávez se basó en la necesidad de inaugurar un nuevo periodo de la Revolución Bolivariana, el Tercer Periodo, según lo llamó el presidente. Desde nuestro punto de vista, lo que se probará en este proceso, es la batalla por profundizar la revolución en una coyuntura mundial de crisis aguda. Despejado el problema del liderazgo del proceso, lo que viene es una profundización de la lucha de clases. Las preguntas a responder son: ¿quién pagará la crisis? ¿se profundizará la revolución a un ritmo acelerado? ¿se romperá definitivamente con el capitalismo? El protagonismo de los trabajadores y los movimientos sociales fortalecen las perspectivas de lucha. La participación activa de los obreros, los trabajadores, los jóvenes, los movimientos sociales y las misiones fue decisiva para el triunfo. Así, inclusive lo reconoce el editorialista de fondo del periódico Vea, el más cercano a las posiciones del gobierno y al presidente Chávez. El PSUV registró a tiempo que no alcanzaba con las estructuras territoriales en que está organizado: batallones del partido, o las patrullas electorales. Era imprescindible que millones que están registrados en el partido, pero no pueden hacer vida en él por su propia ubicación social, participaran de la batalla. Lo mismo que cientos de miles de luchadores revolucionarios, cuyos colectivos hacen parte del movimiento popular, pero no forman parte del partido. La formación de los Comités por el SI, la participación de todo tipo de organizaciones sociales, incluyendo el aporte invalorable de las misiones, hicieron posible lo que el partido sólo no hubiera logrado: que millones que apenas dos meses antes no habían concurrido a votar para definir las elecciones regionales, esta vez lo hicieran. Esta prueba tiene un gran significado, porque abre la discusión de la propia organización política de la revolución. Es un hecho que no alcanza con una organización de tipo territorial, electoral, como la que en la actualidad tiene el PSUV, para llevar adelante las tareas que el pueblo revolucionario opina que deben ser las que se cumplan en el nuevo periodo que se abre. Llegó la hora de los batallones obreros, estudiantiles, sociales, allí donde hacen vida esos sectores populares que complementen la organización territorial del partido; si esto no es llevado adelante, la fuerza revolucionaria de las clases fundamentales de la revolución, se dispersará.
Con la polarización también creció la derecha
La dimensión y la importancia del triunfo no pueden hacer olvidar que por primera vez en un proceso electoral, la burguesía, toda unida, alcanzó los cinco millones de votos. Que hoy gobierna en lugares estratégicos como la Alcaldía Mayor de Caracas, el Estado Miranda, además de dos de los más importantes estados fronterizos con Colombia, Táchira y Zulia, lugares de fuerte actuación del paramilitarismo narcotraficante colombiano. Además del estado industrial (Carabobo) y el estado turístico por excelencia (Nueva Esparta).
El triunfo del chavismo aleja, por el momento, las intenciones de los sectores más fascistas de alejarlo del gobierno por medio de la violencia, pero se preparan para la participación a las elecciones de Asamblea Nacional a realizarse este año, en un proceso en el que buscan seguir acumulando poder político. La razón de esto no está en que la derecha oligárquica tenga un discurso atractivo para el movimiento de masas, sino en los malos gobiernos, burocráticos y, en muchos casos, corruptos de algunos de los más encumbrados dirigentes chavistas. Por eso el tema de la lucha contra la corrupción y el burocratismo, la ampliación de la participación popular, la búsqueda de una institucionalidad revolucionaria que enfrente las estructuras del Estado Burgués, son los grandes desafíos para el avance de las medidas que profundizan la revolución en este periodo de transición. Entonces, es esencial desmontar las aspiraciones de la derecha pitiyanqui.
Contra el burocratismo y la corrupción, que la crisis la paguen los capitalistas
Al mismo tiempo, en ningún momento durante la campaña electoral, que fue intensa y corta, los trabajadores dejaron de reclamar por sus reivindicaciones. Y esto toma un nuevo impulso en la actualidad. El impacto de la crisis mundial se empieza a hacer sentir y lo que esta en debate en las calles y en los centros de trabajo es quién la pagará. El presidente Chávez ha afirmado que no se recortaran los planes sociales. Sin embargo, la mayoría de la economía venezolana esta aún hoy en manos privadas. El conflicto de Mitsubischi se ha convertido en un conflicto testigo. La heroica lucha de los trabajadores de la multinacional japonesa resistió inclusive el asesinato, por parte de la policía del Estado Anzoátegui, de dos trabajadores dentro de la planta. El triunfo electoral ha tonificado a los trabajadores y los sectores populares. Eliminado el peligro de disgregación para el proceso revolucionario, que hubiera significado la no posibilidad de presentación de Chávez, lo que los trabajadores y los sectores populares revolucionarios sienten y expresan con sus luchas, es que el Tercer Periodo debe ser para el combate contra la burocracia y la corrupción dentro del proceso y por la profundización de la revolución a un ritmo mayor, hasta romper con el viejo estado capitalista, que hoy sigue prevaleciendo.
Un triunfo de alcance latinoamericano
No hay que perder de vista la importancia que este triunfo tiene para el proceso revolucionario que recorre América Latina. Una derrota de la enmienda hubiera fortalecido al sector más neoliberal y reaccionario que encabeza el presidente de Brasil, Lula da Silva. Hoy en día la disputa entre dos modelos, uno neoliberal y dependiente del imperialismo norteamericano y otro independiente y con fuertes rasgos de capitalismo de estado, que levanta, aunque de manera confusa, las banderas del socialismo, se expresa a través de la disputa de los liderazgos de Lula y Chávez. La importancia que tiene para el proceso el triunfo de la enmienda constitucional en Venezuela, es que lo fortalece y les da aire a otros gobiernos de la región, como el de Morales y Correa, que pueden avanzar en conquistar espacios de independencia. En definitiva, este triunfo es de gran importancia porque tonifica al movimiento de masas latinoamericano para las duras peleas que se vienen en el marco de la crisis mundial.
Los sectarios, víctimas de su propia trampa
Sectores de la ultraizquierda en América latina han impulsado, frente al desafío que significa la enmienda, una posición equivocada. Grupos como el Partido Obrero o Izquierda Socialista de Argentina han llamado a votar nulo. En Venezuela, a diferencia de lo ocurrido durante el 2D, no hubo una intensa campaña pública de esos sectores. Sin embargo, la corriente sindical CCURA, que lidera el dirigente Orlando Chirino, presentó como posición oficial el voto nulo a través de una página de Internet. Acompañando a esos sectores que en el exterior igualan a Chávez con la oligarquía venezolana. No obstante, la posición de CCURA no fue homogénea, importantes dirigentes tuvieron una posición distinta y la hicieron pública. En el caso del sector petrolero, el referente de esta corriente, José Boda, declaró en libertad de acción a los trabajadores de su corriente. Mientras que una importante dirigente de los educadores, Scarlett Di Yesi, se pronunció públicamente e hizo campaña por el SI como otros dirigentes, entre ellos, William Díaz, directivo del sindicato de la Asamblea Nacional. Los errores políticos que viene desarrollando esta corriente hacen que empiecen a aparecer diferencias políticas profundas con algunos honestos dirigentes que vieron en la enmienda una necesidad del proceso revolucionario. Y otros, que para no perder el control sindical de algún sector, no se pronunciaron. En este caso, se volvió a repetir la vieja ley de que sectarismo y oportunismo son dos caras de la misma moneda.