Los mecánicos de General Motors de la ciudad de Rosario siguen dando pelea contra las suspensiones y despidos a pesar de la complicidad del SMATA nacional con la patronal. Alrededor de 150 trabajadores efectivos y otro tanto de contratados están en riesgo de perder su fuente de trabajo. El gobierno provincial llamó en dos oportunidades a la conciliación obligatoria, instancia que fue agotada. Con asambleas y acciones masivas, los mecánicos de la empresa del sur rosarino no dieron el brazo a torcer, aunque luego fueron traicionados por la conducción de SMATA, que a pesar de juramentar la defensa de los obreros, terminó firmando un acuerdo a sus espaldas, como así también de la comisión interna de GM.
El sindicato acordó “garantizar” la estabilidad laboral de los efectivos hasta el 31 de diciembre y de los contratados hasta junio, pero recayendo las suspensiones solo en una parte de los trabajadores. Lo más grave fue que lo hizo en el momento en que la patronal se encontraba contra las cuerdas luego de un contundente paro y ocupación de planta que obligó al gobierno nacional a tomar cartas en el asunto.
Los mecánicos de General Motors, mediante la movilización, lograron frenar los despidos, pero queda el sabor amargo por el accionar de SMATA, desoyendo lo resuelto en asambleas: la rotación de las suspensiones para que no recaigan sobre los mismos compañeros. Otro de los puntos oscuros del acuerdo es que los trabajadores suspendidos cobraran el 80% de sus salarios solo hasta marzo, fecha en la que la patronal puede y va a intentar bajar esa cifra, afectando considerablemente el bolsillo de los trabajadores. Ante esta situación se movilizaron al sindicato a repudiar el acuerdo.
Ahora, con los suspendidos afuera, se corre el riesgo de naturalizar esa situación y por esa vía generar una división entre los compañeros de adentro y de afuera. Esto es lo que la comisión interna tiene que evitar, ya que del SMATA no podemos esperar nada. Va a ser importante cómo se responda durante el mes de marzo a los intentos de rebaja salarial. Una prueba de que los trabajadores están dispuestos a seguir dando batalla fue que ante el intento de la empresa de utilizar contratados para cubrir las tareas de los efectivos suspendidos se paralizó de hecho nuevamente la fábrica, obligando a la patronal a retroceder.
Una de las cosas que quedan claras en este conflicto es que el verdadero objetivo de la empresa es sacarse de encima a los principales activistas de la fábrica y no tiene absolutamente nada que ver con la crisis más general de esta empresa a nivel mundial, o en todo caso están despejando el terreno para cuando la crisis los afecte más directamente y tengan que apelar a medidas mas drásticas que incluyan despidos masivos. Por eso es tan importante ganar este primer round.
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