En los últimos meses del año pasado, aprovechando que todavía tenían mayoría en el Congreso, el gobierno de los Kirchner, con la complicidad del PJ y la UCR, hizo votar una ley llamada de “Reforma Política”, que no es otra cosa que un intento desesperado de contener la crisis y atomización de los viejos partidos, dificultar el surgimiento de nuevas alternativas políticas y proscribir a las fuerzas de izquierda.